Las oriónidas van a estar visibles desde el 2 de octubre hasta el 7 de noviembre. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) sugiere que los días más adecuados para contemplar este espectáculo celeste serán este mismo fin de semana, entre el 21 y el 22 de octubre.

Para disfrutar de esta experiencia al máximo, se recomienda alejarse de la contaminación lumínica de las zonas urbanas y dirigir la mirada hacia las regiones más oscuras del cielo, opuestas a la ubicación de la Luna. Además, la comodidad de observar recostados nos permitirá contar con la paciencia necesaria para disfrutar a tope de este espectacular fenómeno.
¿Por qué ocurren las oriónidas?
Para comprender este fenómeno, empecemos por el principio: los meteoros que componen las oriónidas son fragmentos desprendidos del célebre cometa Halley, que realiza su órbita alrededor del Sol cada 76 años. La última vez que lo vimos desde la Tierra fue en 1986.
Cada año, en estas fechas, nuestro planeta atraviesa un anillo de partículas dejado por el cometa Halley, y cuando estas partículas entran en contacto con la atmósfera terrestre se incineran debido a la fricción con el aire, generando el resplandor luminoso que conocemos como meteoros o lluvia de estrellas fugaces.
Dónde hay que mirar para ver las Oriónidas
Una característica notable de la estela de partículas dejada por el cometa Halley es su visibilidad global, ya que esta lluvia de estrellas fugaces pasa muy cerca del ecuador celeste. Las oriónidas emanan de la constelación de Orión, atravesando en proximidad la supergigante roja Betelgeuse.
En España, la iluminación de la Luna en cuarto creciente de este fin de semana será del 53%, y se pondrá alrededor de la medianoche. A partir de ese momento habrá que mirar hacia la constelación Orión. El radiante de la lluvia de meteoros alcanzará su punto más alto alrededor de las dos de la mañana, y podremos contemplarlas hasta el amanecer.
Su frecuencia es de moderada intensidad, pudiéndose avistar entre 15 y 70 meteoros por hora, y surcarán los cielos a velocidades de hasta 66 kilómetros por segundo. Se recomienda desplazarse a zonas de montaña o a cualquier punto alejado de la ciudad, y es mejor llegar al lugar entre media hora y una hora antes de comenzar el espectáculo. De esta forma daremos tiempo a que nuestra vista se acostumbre a la oscuridad.